La pasión por las orquídeas que se convirtió en un negocio familiar en Medellín
La historia de Giselly Estrada y su familia, quienes transformaron su amor por las orquídeas en un próspero emprendimiento en Medellín.

La fascinación por las orquídeas
En Colombia existen más de 4000 especies de orquídeas. La Cattleya trianae es la más popular, conocida como la «flor de mayo» y la flor nacional del país desde 1936. Entre sus curiosidades, destaca por ser la orquídea con mayor diversidad de colores, con más de 70 tonalidades registradas.
Para Giselly Estrada y su familia, estos datos son la base de su pasión y el sustento de su negocio. “El proyecto de las orquídeas siempre ha estado con nosotros. El responsable de todo esto ha sido mi esposo, porque en su familia toda la vida hubo orquídeas. Cuando nos casamos, yo seguí aprendiendo a su lado, pero para él era algo más grande, se convirtió en un sueño”, resume Giselly.
De pasatiempo a emprendimiento
Materializar los sueños requiere esfuerzo y un plan de trabajo riguroso, especialmente cuando se trata de un material tan bello y efímero como las flores. “Cultivábamos las plantas en el solar de la casa de la mamá de mi esposo, pero cuando la colección fue creciendo, nos tocó salir a buscar otro lugar”, explica. Un primo les prestó un pedazo de su finca donde continuaron cultivando.
El laboratorio en San Antonio de Prado
En la vereda Astilleros de San Antonio de Prado, en una casa antigua, el sueño comenzó a transformarse en realidad. En este pequeño laboratorio, los retoños de orquídeas germinan bajo las condiciones adecuadas. “Aquí, las orquídeas se exhiben como en un museo”, comenta Giselly.
Las más de 200 orquídeas son un espectáculo de la naturaleza, con pétalos que presentan formas inusuales y colores vibrantes. “Aunque algunas son pequeñas y delicadas, otras son grandes y vistosas”, añade.
El apoyo de la Alcaldía de Medellín
Orquídeas Astilleros es un emprendimiento rural que ha participado en varios programas de la Alcaldía de Medellín y ha comercializado sus flores en los Mercados Campesinos desde hace dos años. “Mis hijos nacieron entre orquídeas. Cada uno tiene un rol en el negocio”, menciona Giselly.
Desafíos en el camino
A pesar de los logros, el crecimiento del negocio ha presentado dificultades. “Tuvimos problemas con las plantas que salían in vitro, y comenzamos a construir invernaderos de forma empírica, pero no han sido suficientes”, explica. La Alcaldía de Medellín les presentó una línea de crédito rural para ayudarles a construir un invernadero adecuado.
Un futuro prometedor
Entre árboles de eucalipto, se alza un amplio invernadero de 300 metros cuadrados. Aunque aún está vacío, Giselly visualiza un espacio lleno de orquídeas y otros sueños. “Esto nos garantiza seguir creciendo, porque la meta es desarrollar nuestra empresa paso a paso”, concluye.
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