Japón y Colombia se unen para recuperar corales en San Andrés como barrera natural contra huracanes
Un nuevo proyecto de cooperación internacional busca restaurar los arrecifes coralinos del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, fortaleciendo así la gestión del riesgo de desastres.
Un esfuerzo conjunto para la restauración de corales
El archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina se prepara para recibir un importante proyecto de cooperación internacional, diseñado con el propósito de restaurar sus arrecifes coralinos. Este esfuerzo también busca fortalecer la gestión del riesgo de desastres (GRD) en la región, convirtiendo los ecosistemas marinos en una barrera natural contra los huracanes y la erosión costera, problemas que afectan a las comunidades insulares cada año.
Duración y objetivos del proyecto
La implementación de este proyecto se llevará a cabo a lo largo de tres años. Durante este periodo, expertos colombianos colaborarán estrechamente con las comunidades isleñas para llevar a cabo diversas actividades. Entre estas se incluyen la instalación de viveros marinos, la restauración ecológica de áreas degradadas, el monitoreo ambiental y la capacitación en gestión ambiental y reducción del riesgo. Este enfoque integral busca no solo restaurar los ecosistemas, sino también empoderar a las comunidades locales.
Iniciativas y colaboración internacional
Proyecto de Cooperación Triangular Japón–Colombia–Caribe para la Restauración de Corales y la Gestión del Riesgo de Desastres fue lanzado por la UNGRD, JICA Colombia y la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional (APC-Colombia).Este programa cuenta con el respaldo del Ministerio de Relaciones Exteriores, la Asociación de Estados del Caribe (AEC) y diversas entidades nacionales, como Coralina y Parques Nacionales Naturales de Colombia. Estas organizaciones aportarán su experiencia en conservación marina y manejo ambiental, fortaleciendo así la efectividad del proyecto.
Diagnóstico y restauración de ecosistemas
El proyecto comenzará con un exhaustivo diagnóstico para identificar las zonas degradadas del archipiélago donde se instalarán los viveros de coral. Este paso es crucial, ya que permitirá determinar las áreas que más necesitan atención y restauración. Una vez identificadas, se aplicarán técnicas de restauración marina y se implementará un monitoreo participativo que involucrará a pescadores y líderes comunitarios. Estos actores locales recibirán formación en gestión ambiental y reducción del riesgo, asegurando que el conocimiento se mantenga en la comunidad.
Beneficios de los viveros marinos
Los viveros marinos jugarán un papel fundamental en la recuperación de los ecosistemas coralinos. Estos viveros permitirán la reproducción y el trasplante de colonias coralinas a zonas afectadas, contribuyendo así a la recuperación de hábitats esenciales para diversas especies marinas. Además, esta iniciativa no solo beneficiará el entorno natural, sino que también fortalecerá el turismo sostenible en la región y aumentará la capacidad natural de las islas para resistir eventos climáticos extremos.
El proyecto también se beneficiará de la experiencia en restauración coralina a través de tecnologías desarrolladas en Okinawa. Además, países como México, Honduras, Bahamas, Barbados y Cuba compartirán sus avances en resiliencia costera y mecanismos financieros para enfrentar los efectos del cambio climático. Este intercambio de conocimientos y experiencias es esencial para el éxito del proyecto y para la creación de un modelo sostenible que pueda ser replicado en otras regiones vulnerables.

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