Rozalén, embajadora iberoamericana y voz de la inclusión
La cantante albaceteña comparte su experiencia como embajadora y su enfoque terapéutico en la música.
Una trayectoria musical con propósito
María de los Ángeles Carmelo Rozalén Ortuño, conocida artísticamente como Rozalén, ha recorrido un camino musical que la ha llevado a ser reconocida no solo en España, sino también en Europa y Latinoamérica. Recientemente, Rozalén fue nombrada embajadora iberoamericana por la Secretaría General Iberoamericana, un reconocimiento que destaca su “compromiso con la igualdad y la inclusión”. Este nombramiento es un testimonio de su dedicación a causas sociales y su influencia en el ámbito musical.
Un honor significativo
Al hablar sobre su nombramiento, Rozalén expresó:
“Me parece un superhalago que me nombren como una figura, que bueno que destaquen la parte de la inclusión, el compromiso social. Uno de los últimos embajadores fue Jorge Drexler, que para mí es referente total.”Estas palabras reflejan su humildad y el profundo respeto que siente hacia aquellos que han sido reconocidos en el pasado, así como su deseo de continuar con este legado de compromiso social.
La música como terapia
Rozalén no solo es una talentosa cantante, sino también una profesional en el ámbito de la psicología y la musicoterapia. Esta formación le ha permitido desarrollar un enfoque único en su música. Ella misma afirma:
“Para mí, mi manera de crear es desde la terapia pura, voy cantando mi vida. Voy cantando todo lo que me pasa y todo tiene que ver con procesos vitales.”Esta conexión entre su vida personal y su arte es una de las claves que la hace resonar con su público, quienes encuentran en sus letras una forma de identificación y sanación.
Inspiraciones a través de ONG
La artista ha tenido la oportunidad de realizar viajes con diversas organizaciones no gubernamentales, experiencias que han dejado una huella profunda en su proceso creativo. Un claro ejemplo de esto es su canción “Llévame”, que nació de un viaje a Guapi, Cauca. Rozalén comentó:
“Yo hago muchos viajes con algunas ONG que me hacen anclarme mucho a la tierra y ser consciente de muchas de las cosas que pasan en el mundo y al final acabo escribiendo sobre ellas.”Estas vivencias no solo enriquecen su música, sino que también le permiten abordar temas relevantes y actuales a través de su arte.
Rituales antes del escenario
Antes de cada presentación, Rozalén se describe como una “antidiva” con rituales que fomentan la conexión entre su equipo. Su principal ritual consiste en un abrazo colectivo que reúne a todos los miembros del equipo. Ella detalla:
“Nos abrazamos. Todos los que nos vamos a subir al escenario, hacemos un abrazo en común y un abrazo con cada una de las personas que vamos a estar en el escenario, con todo el equipo técnico.”Este gesto de unidad no solo establece un ambiente de camaradería, sino que también prepara a todos para enfrentar el escenario con energía positiva.
Un homenaje a Chavela Vargas
Rozalén también ha rendido homenaje a la icónica Chavela Vargas a través de un EP digital que incluye seis canciones, entre ellas “Paloma Negra” y “El último trago”. Este homenaje surgió de su participación en una obra de teatro en España, donde tuvo la oportunidad de encarnar a Chavela. De esta experiencia, Rozalén aprendió una valiosa lección:
“La emoción está por encima de la afinación,”y busca emplear su canto como una herramienta para “sanar el alma.” Este enfoque resuena profundamente con su filosofía musical y su compromiso hacia la sanación emocional a través de la música.

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