Con alegría y vitalidad, Rosario y Gabriel reciben a los Equipos Básicos de Atención en Salud en Medellín
Rosario Espinosa y Gabriel Grisales son beneficiarios de los Equipos Básicos de Atención en Salud (EBAS) de la Alcaldía de Medellín, una estrategia del programa Medel...

Rosario Espinosa y Gabriel Grisales son beneficiarios de los Equipos Básicos de Atención en Salud (EBAS) de la Alcaldía de Medellín, una estrategia del programa Medellín Te Quiere Saludable. Relato de un encuentro con ambiente familiar y buena energía.
Él es una “caja de música”. Hace chistes con frecuencia y tiene listas las palabras precisas para responder con agudeza a cualquier comentario. Ella a veces le contesta seria y con cariño, pero deja ver que goza con sus ocurrencias.
“Soy un tipo crúspido, furrundangón Soy una persona iconoclasta”, dice el señor. “Ahí ve”, apunta su esposa. “Cónspito, chirapotudo. Uno a veces se pone que no sabe qué hacer y otras veces, tampoco”, añade él.
En buena medida, esa conexión entre los dos explica que lleven 37 años casados y que hayan superado las dificultades. Resilientes. Es el concepto en el que enfatiza Yecenia López, psicóloga de los Equipos Básicos de Atención en Salud (EBAS) de la Alcaldía de Medellín, para describirlos.
Rosario Espinosa Herrera y Gabriel Ángel Grisales Peláez tienen 67 años, viven en el barrio La Campiña de la comuna siete (Robledo), noroccidente de la ciudad, y son beneficiarios de los EBAS, una de las estrategias del programa Medellín Te Quiere Saludable de la Alcaldía, en la que se les brinda atención primaria a las familias en sus casas.
Los equipos cuentan con profesionales en psicología, enfermería, nutrición, medio ambiente, higiene oral y trabajo social. En la ciudad funcionan desde 2018, cuando transcurría la primera administración del alcalde, Federico Gutiérrez Zuluaga, y visitan todas las comunas y corregimientos. Analizan los entornos del hogar, comunitario, educativo y laboral y apoyan la gestión del riesgo en salud. También conectan a las familias con las Entidades Promotoras de Salud (EPS).
Desde el Eje Cafetero
Rosario y Gabriel Ángel viven con su nieta, Nataly Grisales Pérez, de 16 años. Ambos son jubilados. Rosario es de Medellín. Trabajó como auxiliar contable y en departamentos de personal.
Gabriel Ángel, por su parte, es de Riosucio, Caldas, y lleva 40 años en la capital antioqueña. En su vida laboral se desempeñó como asesor comercial. “Fui andariego, cogedor de café, me anduve pueblos del Eje Cafetero, trabajé en Cali”, recuerda.
Gabriel Ángel Grisales es de Riosucio, Caldas. En estas fotos aparece con la psicóloga Yecenia López y con su nieta, Nataly Grisales.
Llegó a Medellín, donde vivía un hermano suyo. En esta ciudad se conoció con Rosario en un depósito de materiales de construcción en el que ambos trabajaron. Tienen un hijo, Gabriel Jaime, de 35 años. Y, aparte, Gabriel Ángel tiene otro hijo de 45 años.
En 1991 Gabriel Ángel sufrió un accidente que marcó su vida. Fue un viernes, a eso de las 10:00 p. m. Estaba en el barrio Buenos Aires y de allá salió en moto hacia su casa. En la avenida 80, cerca de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, chocó contra un bus. Se rompió la tibia y el peroné y tuvo graves afectaciones en el lado izquierdo de su cuerpo, al punto de que solo pudo volver a trabajar tres años después.
En esta tarde lluviosa, en la entrevista, Rosario cuenta que vivían en el barrio La Cuchilla, zona en la que luego fue la construcción de la vía que conecta a la 80 con el Túnel de Occidente. La casa estuvo entre los predios que fueron comprados para la obra. Por eso, desde hace 14 años, este par de esposos residen en La Campiña. “Fue un cambio total de vida”, afirma la señora.
Testimonios
En otro barrio, a la casa de una familia indígena llegaron Néstor David Terán Ortega, nutricionista, y Alexánder Bacca, profesional en ciencia política, miembros de otro Equipo Básico de Atención en Salud, y Rosa Cardeña, psicóloga del grupo de Enfoque Étnico de la Secretaría de Salud.
Néstor explicó que en su labor pesa y mide a niños y adolescentes entre los 2 y los 18 años para saber si alguno tiene desnutrición u obesidad. También da indicaciones para una adecuada nutrición. Allí, entre otros temas, estos profesionales les hablaron a los beneficiarios sobre aseguramiento en salud y gestión de citas médicas.
Al igual que la familia indígena, la de Rosario y Gabriel Ángel recibió una visita previa del EBAS. Con ellos el proceso empezó en noviembre de 2024 con la caracterización. “Nos miraron cómo estábamos de salud. Eso nunca se había hecho”, dice la señora.
Cuando es necesario, los integrantes de los EBAS remiten a los beneficiarios a otros programas o instituciones para que se les presten determinados servicios.
Rosario valora especialmente la atención psicológica: “Sí se necesita de esa ayuda; hay tantas cosas que uno aprende”. Y Gabriel Ángel agrega: “Uno suele hablar con gente del común; es bueno conversar con estos profesionales. Es primera vez en la vida que tengo una parlada, una conversada con una psicóloga. Eso me induce a ser más positivo de lo que soy”.

La psicóloga Yecenia López, de la Secretaría de Salud, tomando nota sobre su conversación con Rosario Espinosa.
Esta familia terminaría su proceso con el EBAS este año. Esperamos que los próximos encuentros de los profesionales de la Secretaría de Salud de Medellín con ellos sean como este, con los apuntes jocosos de Gabriel Ángel y la buena energía propia de su hogar.
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