En una jornada para acariciar el alma, los perritos más veteranos de La Perla en Medellín, compartieron su amor con los visitantes
En uno de los corazones verdes de nuestra ciudad, en el corregimiento Altavista, se encuentra un lugar donde la esperanza tiene cuatro patas, mirada tierna y una historia...
En uno de los corazones verdes de nuestra ciudad, en el corregimiento Altavista, se encuentra un lugar donde la esperanza tiene cuatro patas, mirada tierna y una historia que merece ser contada. Es el Centro de Bienestar Animal La Perla, un espacio de la Alcaldía de Medellín dedicado al cuidado, protección y adopción de perros y gatos rescatados del abandono o el maltrato. Allí, más de mil historias ladran y maúllan cada día, esperando que alguien les brinde una segunda oportunidad.
Recientemente La Perla abrió sus puertas a una jornada muy especial: una actividad dirigida a servidores públicos de la Alcaldía de Medellín, quienes fueron invitados a compartir tiempo con los perritos más viejitos que habitan ese espacio. No fue un día común, sino un encuentro lleno de sensibilidad, empatía y amor; instantes para recordar que detrás de cada mirada peluda hay un corazón que late con ganas de volver a confiar.
Una conexión más allá de las palabras
Entre los primeros en llegar estuvieron Sara Henao, servidora de la Secretaría de Movilidad y su pareja Felipe Restrepo, quienes no dudaron en participar apenas conocieron la convocatoria. “Decidimos venir porque queríamos acompañar a los perritos. Nosotros tenemos una perrita que adoptamos de un resguardo, así que sentimos mucha afinidad con este tipo de obras que hacen con los animalitos”, contó Sara, mientras acariciaba con cuidado al peludo que les fue asignado para acompañar esa mañana.
El elegido se llama Bruce, un perrito de mirada noble, pero tímida, que reflejaba años de historias que solo él conoce. “Nos dijeron que era muy nervioso, pero afortunadamente nuestra perrita también lo es, así que sabemos más o menos cómo manejarlo. Estamos tratando de darle confianza primero”, añadió Felipe con una sonrisa paciente, observando cómo Bruce movía lentamente la colita al notar otros perritos cerca.
En medio de la tranquilidad del entorno, Sara confesó que estas experiencias tocan fibras profundas. “Estos perritos son lo más noble que puede haber. Cuando uno adopta, ese animalito se vuelve parte de la familia. Uno siente demasiado por ellos. Por eso nuestra invitación es a que se animen a venir, a adoptar, a donar. Estos eventos son muy chéveres porque los perritos empiezan a sentirse más confiados con la gente. Son perritos que han tenido una vida difícil, y necesitan sentir que no están solos”.
Adoptar es estrenar el corazón
Otra de las asistentes fue Natalia Correa Madrid, servidora de la Secretaría de Seguridad y Convivencia, quien conoció la convocatoria a través de su correo institucional. “Me llegó la comunicación y me gustan tanto los perritos, que apenas la vi, supe que tenía que venir”, contó mientras paseaba lentamente junto a Xavi, una perrita tranquila de 12 años que lleva gran parte de su vida en La Perla.
Natalia no era nueva en el mundo de la adopción. Hace un tiempo adoptó a Coco, un perrito que conoció precisamente en una de las jornadas organizadas por el Centro de Bienestar Animal La Perla en un centro comercial. “Mi hermanita fue la que me mostró la publicación. Fui, hice todos los trámites y al otro día ya tenía a Coco en casa”, recordó con ternura.
Sobre su experiencia con Xavi, Natalia compartió: “Me dijeron que es muy tranquila, que ya tiene 12 años. Es juiciosa, camina despacito, se le notan los añitos, pero está contenta, explorando, mirando todo sin estrés.”
Su reflexión final deja una enseñanza profunda: “Les diría a todos que se dieran la oportunidad de conocer esta labor tan linda. Adoptar un perrito o un gatito es como estrenar el corazón. He tenido perros toda mi vida, pero los adoptados son otro cuento, de verdad. Es muy bonito darle una oportunidad a un animal que ya tiene unos añitos, porque son muy agradecidos y tranquilos. Es una experiencia que te cambia la vida.”
Un espacio para renacer
El veterinario y coordinador del Centro de Bienestar Animal La Perla, Adrián Manuel Abreu Vélez, explicó que esta actividad nació del deseo de sensibilizar sobre la tenencia responsable y visibilizar a los perros mayores que aún esperan un hogar.
“Queremos que las personas comprendan que estos perritos también merecen amor. Algunos llevan entre 12 y 14 años con nosotros, y aunque aquí están bien cuidados; lo ideal siempre será que tengan una familia”, explicó.
Estas jornadas, organizadas con dedicación por el equipo de La Perla, buscan romper la rutina de los animales y permitirles disfrutar de momentos de cariño, juegos y paseos. “Es una manera de que interactúen con las personas, de que se sientan queridos, y de paso, que quienes vienen conozcan la labor que hacemos y se animen a adoptar”, agregó Adrián.
¿Dónde queda La Perla y cómo se puede adoptar?
El Centro de Bienestar Animal La Perla está ubicado en la carrera 112 # 12 – 01, en el barrio Belén, corregimiento Altavista, en medio de la naturaleza. Allí, un equipo de veterinarios, auxiliares y profesionales sociales trabaja todos los días para garantizar el bienestar de los animales rescatados.
Adoptar es un proceso sencillo, pero profundamente responsable. Adrián detalla que los requisitos principales son:
- Ser mayor de edad y presentar la cédula de ciudadanía al iniciar el proceso
- Que toda la familia esté de acuerdo con la adopción.
- Tener el compromiso y la disposición de cuidar al animal por el resto de su vida.
- Participar en una orientación con los profesionales sociales del centro, quienes caracterizan la familia y ayudan a escoger al compañero ideal según su estilo de vida y entorno.
Una vez cumplidos estos pasos, el nuevo adoptante puede llevar a su hogar un amigo incondicional, vacunado, esterilizado y listo para recibir cariño.
¿Cómo comunicarse con La Perla?
Acá les mostramos cómo pueden comunicarse con el Centro de Bienestar Animal La Perla las personas que estén interesadas en adelantar un proceso de adopción o quienes tengan conocimiento de animales que estén en situación de riesgo y deban ser rescatados.
Adoptar es salvar una vida, pero también transformar la propia
Al final de la jornada, lo que quedó en el aire fue más que la alegría de los perritos; fue una sensación de ternura compartida, de gratitud, de humanidad. Cada mirada, cada ladrido, cada paso lento de esos peludos veteranos, recordaba que la edad no es un límite para amar ni para ser amado.
Desde la Alcaldía de Medellín y el equipo de La Perla, la invitación está abierta a visitar el Centro de Bienestar Animal, vivir la experiencia de conocer a estos héroes peludos y, si puedes, darle a uno de ellos el regalo más grande: un hogar. Porque cuando adoptas, no solo cambias la vida de un animal, también cambias la tuya.
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