El 68 Desfile de Silleteros en Medellín: Una Celebración de Tradición y Color
El Desfile de Silleteros, una de las tradiciones más emblemáticas de Medellín, celebra su 68ª edición con una colorida exhibición de flores y orgullo cultural.
Una Edición Especial
El Desfile de Silleteros en Medellín celebra su 68ª edición, donde las flores y los hombres y mujeres del campo, que las cargan en sus silletas, son los protagonistas de este espectáculo único en el mundo.
El Ambiente del Desfile
A su paso, el grito de «vuelta», «vuelta» llena de orgullo tanto a los silleteros como a los espectadores presentes en la avenida del Río, escenario del evento y a quienes lo ven por diferentes plataformas.
Tradición y Cultura
Al son de «Me voy para Medellín», un himno de la Feria, los silleteros de diferentes edades muestran sus creaciones artísticas, expresando su orgullo por una cultura que se fortalece con las futuras generaciones.
Un Jurado de Honor
Una juez de talla olímpica
Nuestra campeona olímpica, Mariana Pajón, es una de las 15 seleccionadas para hacer parte del equipo de juzgamiento del 68 Desfile de Silleteros. Nos contó sobre esta experiencia y el orgullo que significa para ella ser un silletero.
Premiación Especial
Juanita se robó el show en la premiación de los silleteros
Laura Marcela Atehortúa Londoño, con una silleta inspirada en el empuje de la mujer paisa, ganó en la categoría artística y fue acompañada por Juanita, una niña neurodiversa que participó en el desfile.
“Juanita estaba feliz y la enorgullece saber que ella fue la que le abrió las puertas a muchos niños con similar situación para que puedan disfrutar de este majestuoso desfile.”
Detalles del Desfile
Poco después de las 2:00 p.m., comenzó el desfile con 540 silleteros, el 70% mujeres y el 30% hombres. De estos, 430 eran adultos, 50 jóvenes (de 13 a 17 años) y 50 niños (de 4 a 12 años). Además, participaron 10 niños con neurodiversidad.
El desfile salió hacia el norte y terminó en Plaza Mayor. Mientras los silleteros saludaban al público, miles de espectadores aplaudían y vitoreaban al ver a los campesinos de Santa Elena con sus hermosas obras en sus espaldas, algunas pesando hasta 80 kilos y otras midiendo hasta dos metros con 30 centímetros de altura.

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