Ataque en Amalfi: 13 policías fallecen en misión antinarcóticos
Un ataque atribuido a las disidencias de las Farc dejó 13 muertos en una operación de erradicación de cultivos de coca en Antioquia.
Un ataque devastador
El pasado 21 de agosto, un trágico ataque atribuido a la estructura 36 de las disidencias de las Farc tuvo lugar en Amalfi, Antioquia. Durante una misión antinarcóticos, un helicóptero UH-60 Black Hawk fue blanco de un ataque con explosivos, lo que resultó en la muerte de 13 uniformados de la Policía Nacional. Este incidente se enmarca en un contexto de creciente violencia y actividad del narcotráfico en la región.
La aeronave, que realizaba labores de erradicación de cultivos ilícitos, fue atacada por un grupo bajo el mando de Alexánder Díaz Mendoza, alias Calarcá. Este grupo se ha consolidado como uno de los más activos en la zona, dedicándose no solo al narcotráfico, sino también a la minería ilegal, lo que ha generado un ambiente de inseguridad y conflicto en la región.
La respuesta del gobierno
En los meses previos a este ataque, el gobierno de Antioquia había solicitado al Gobierno Nacional un refuerzo en la presencia de las Fuerzas Públicas en la zona, dada la alarmante situación de orden público que se vivía. Sin embargo, el ministerio de Defensa no respondió a esta solicitud, lo que ha generado críticas sobre la falta de acción ante la creciente amenaza que representan estos grupos armados.
Operación de erradicación en Amalfi
El día del ataque, los uniformados estaban programados para avanzar en la erradicación de cultivos de coca en más de 387 hectáreas cultivadas en la zona. Esta actividad ha sido constantemente resistida por grupos criminales, que ven en el narcotráfico una fuente de ingresos esencial. En particular, el municipio vecino de Anorí, que cuenta con más de 2.000 hectáreas sembradas, ha sido un foco de atención para las autoridades en su lucha contra las drogas.
La erradicación de cultivos de coca es una tarea complicada y peligrosa, especialmente en regiones donde la presencia de grupos armados es fuerte. Las autoridades enfrentan no solo la resistencia de los cultivos, sino también la violencia que estos grupos están dispuestos a ejercer para proteger sus intereses. Este ataque es un claro ejemplo de la grave situación que viven las fuerzas de seguridad en el país, que a menudo se encuentran en la línea de fuego en su intento por combatir el narcotráfico.
Reacciones a la tragedia
El ataque ha suscitado una ola de reacciones tanto a nivel local como nacional. La comunidad ha expresado su dolor y preocupación por la pérdida de vidas de los uniformados, quienes arriesgan su vida diariamente en la lucha contra el narcotráfico. Además, la crítica hacia la falta de respuesta del Gobierno Nacional se ha intensificado, con muchos pidiendo un mayor compromiso para proteger a las fuerzas de seguridad y a la población civil en estas regiones vulnerables.
El hecho de que un grupo armado como el de Calarcá pueda llevar a cabo un ataque de tal magnitud plantea serias preguntas sobre la efectividad de las estrategias de seguridad implementadas en el país. La necesidad de una respuesta coordinada y efectiva es más urgente que nunca, ya que la violencia en estas áreas no solo afecta a los uniformados, sino también a las comunidades que viven bajo la amenaza constante de estos grupos criminales.
Este ataque no solo es una tragedia en términos de pérdida de vidas, sino que también refleja la complejidad de la situación de seguridad en Colombia, donde el narcotráfico y la violencia siguen siendo desafíos significativos para el Estado. La situación exige una atención inmediata y un enfoque renovado para abordar las raíces del problema y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.

Publicar un comentario