Revelador testimonio de joven que sobrevivió al accidente de los egresados del Liceo Antioqueño
David Ruiz, un joven de 18 años, narra su experiencia durante el accidente que involucró a un grupo de egresados del Liceo Antioqueño y cómo una decisión aparentemente simple le salvó la vida.
En Noticias Telemedellín, tuvimos la oportunidad de conversar con David Ruiz, un joven que se convirtió en testigo y sobreviviente del trágico accidente que afectó a un grupo de egresados del Liceo Antioqueño. Su relato no solo es impactante, sino que también revela la importancia de las decisiones que tomamos en momentos críticos. David sostiene que el simple hecho de cambiarse de silla en el autobús fue lo que le permitió sobrevivir a esta experiencia aterradora.
Los instantes previos al accidente
David nos relató cómo se sentía antes de que ocurriera el accidente. En sus palabras, “Yo iba en la parte del medio del bus, entrando al bus en la fila izquierda, y yo vivo en la parte del medio al lado de la ventana. Siento que fue algo muy importante, esa posición que yo tuve en el bus, siento que fue algo muy clave. Estábamos todos muy cansados y da la casualidad incluso que yo me quise hacer ahí porque yo iba en otro lado”. Estas palabras reflejan la mezcla de cansancio y la búsqueda de comodidad que experimentaban los jóvenes después de un largo día.
Las fallas mecánicas del autobús
A pesar de la búsqueda de comodidad, David había notado que el autobús presentaba problemas mecánicos. “Hubo tres fallas mecánicas del bus: la falla de la batería, la falla del aire acondicionado y hubo la falla del motor. Yo alcancé a ver cómo la batería la acababan y la recargaban con otro vehículo del mismo tipo. Encontraron alguna forma de arreglarlo, pero el aire seguía exactamente igual. No había ninguna mejoría; el aire estaba caliente y no servía absolutamente en nada”, explicó el joven con preocupación.
La situación se tornaba cada vez más incómoda para los pasajeros, quienes ya comenzaban a sentir el calor extremo dentro del vehículo. A pesar de las advertencias sobre las fallas, el autobús de servicios especiales continuó su ruta de regreso al municipio de Bello. En el camino, David y sus compañeros hicieron una primera parada para hidratarse, ya que el calor era insoportable.
La primera parada y la desesperación
“La primera parada que hicimos fue por la desesperación y algunos por hidratarse por el calor que hacía. Entonces la primera parada la hicimos en una gasolinera. No me acuerdo adónde fue, pero la hicimos ahí. Nos demoramos un rato, pero aun así el bus estaba acosando y pitaban bastante y nos decían que nos fuéramos”, recordó David. Este momento fue crucial, ya que la incomodidad y la falta de aire acondicionado aumentaban la tensión entre los pasajeros.
Un viaje peligroso
La velocidad a la que viajaba el autobús también era motivo de preocupación. David mencionó que “el bus siempre se mantenía a velocidades altas, me atrevería a decir a más de 100 km/h. Eso era de ida y de regreso hacia Medellín y, debido a la falta de aire acondicionado rumbo hacia Medellín, se abrieron las dos escotillas que estaban en el techo, pero también se mantuvo abierta a lo largo de todo el viaje la puerta de entrada de los pasajeros”. Esta situación incrementaba el riesgo de un accidente, algo que nadie podría haber anticipado.
El fatídico accidente
Lo que sucedió a continuación fue devastador. David recordó el momento del accidente como un instante de confusión y caos. “Después de un momento de no saber qué pasaba, salí del bus con las pocas fuerzas que tenía y junto a otros dos jóvenes logré llegar a la vía en medio de la niebla”, describió. La escena era aterradora, y la niebla dificultaba aún más la visibilidad para los que intentaban escapar del vehículo siniestrado.
La espera por ayuda
Una vez fuera del autobús, la angustia no terminó. David y sus compañeros tuvieron que esperar un largo tiempo para que alguien se detuviera y les brindara ayuda. “Alrededor de una hora después, llegó a parar el primer tractomulero que se llama Fredy. Desde aquí le doy muchísimas gracias al señor y a él, porque nos brindó el primer apoyo. Yo hablé con él el día de ayer, le di las gracias porque jugó un papel fundamental por la situación que vivimos todos nosotros”, expresó David, reconociendo la importancia de la solidaridad en momentos críticos.
Un nuevo comienzo
David Ruiz, un joven que recientemente cumplió su mayoría de edad, ha tenido que enfrentar un cambio radical en su vida después del accidente. A pesar de la tragedia, mantiene la esperanza y el sueño de convertirse en piloto de aviación, un objetivo que lo motiva a seguir adelante. “Quiero sacar adelante a mis padres”, afirmó con determinación. Su historia es un testimonio de resiliencia y la capacidad de encontrar fuerza en medio de la adversidad.
El relato de David es un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de estar atentos a las señales que nos rodean. A veces, decisiones simples pueden tener un impacto significativo en nuestro destino. Su experiencia no solo resalta la necesidad de una mayor atención a la seguridad en el transporte, sino también la capacidad humana de sobreponerse a situaciones extremas.

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