Informe de ONG revela aumento de violencia en el Suroeste antioqueño
La subregión del Suroeste antioqueño ha sido marcada por un incremento en la violencia y actividades delictivas, particularmente en minería ilegal y narcotráfico, según un reciente informe de cinco ONG.
El informe presentado por cinco organizaciones no gubernamentales (ONG) ha puesto en evidencia cómo la subregión del Suroeste antioqueño se ha transformado, en el transcurso del último año, en un punto crítico de conflicto entre diversas estructuras delincuenciales. Estas organizaciones han señalado que el interés principal de estos grupos radica en la minería ilegal y el tráfico de estupefacientes, actividades que han generado un aumento alarmante en la violencia en la región.
Homicidios en aumento en Andes
En el municipio de Andes, las organizaciones sociales han centrado su atención ante la escalofriante cifra de 62 homicidios reportados hasta la fecha. El caso más reciente se registró en la noche del lunes en el sector conocido como Caja de Oro. Allí, hombres armados obligaron a una persona a descender de un vehículo de servicio público, y minutos después, esta recibió disparos de arma de fuego, un acto que refleja la creciente inseguridad en la zona.
El escenario de riesgo en el Suroeste antioqueño es descrito como bastante complejo por las organizaciones sociales, que han denunciado la situación crítica que viven los habitantes de estas comunidades. La violencia no solo afecta a los individuos, sino que también genera un clima de miedo y desconfianza que permea a toda la población.
Concentración del crimen en Andes y Buriticá
“Los que tienen las cifras de muertos más altas son Andes y Buriticá, ahí es donde se está concentrando precisamente porque ese es el punto fuerte de La Oficina del Valle de Aburrá”,
indicó Carlos Zapata, presidente del Instituto de Capacitación Popular (IPC). Según su análisis, estas áreas han visto un aumento en la influencia de grupos criminales que han fortalecido sus estructuras, como La Oficina de Andes, que ha sido respaldada por el Clan del Golfo. Esta situación ha llevado a un incremento en las actividades delictivas que afectan a la población local.
Masacres y homicidios colectivos
El informe también destaca la alarmante cifra de homicidios colectivos en el Suroeste antioqueño. De acuerdo con datos proporcionados por Indepaz, entre 2020 y marzo de 2025 se han registrado 22 masacres en varios municipios, incluyendo Ciudad Bolívar, Andes, Betania, Betulia, Venecia, Salgar, Urrao, Támesis, Titiribí y Santa Bárbara. Estos actos violentos reflejan la lucha por el control territorial entre las diferentes estructuras criminales que buscan dominar áreas estratégicas, especialmente aquellas relacionadas con la minería y el acceso a recursos hídricos.
“Digamos que todas las estructuras criminales lo que están peleando es precisamente el control territorial sobre zonas que tienen minería o digamos el asunto del agua y eso es lo que estamos tratando de visibilizar”,
agregó Cristina Ríos, directora de la Corporación Vamos Mujer. Su declaración subraya la importancia de entender las motivaciones detrás de la violencia, que no solo se limita a rivalidades entre grupos, sino que también está ligada a la explotación de recursos naturales que son vitales para la región.
Desplazamiento forzado en aumento
Otro aspecto preocupante que resalta el informe es el aumento del desplazamiento forzado, que ha crecido un 61 % en el corregimiento de Santa Inés, en Andes. En total, 60 pobladores se han visto obligados a abandonar sus hogares y trasladarse al casco urbano debido a la violencia que asola sus territorios. Muchos de ellos han sido forzados a huir por amenazas directas, mientras que otros han tomado esta difícil decisión tras haber perdido a familiares a causa de la violencia.
La situación de estos desplazados refleja la gravedad de la crisis humanitaria que enfrenta la región, donde la inseguridad y la violencia han llevado a la ruptura del tejido social. La comunidad se encuentra en una lucha constante por recuperar la paz y la seguridad en medio de un entorno hostil.
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