Medellín

Identificación de cuerpo de menor en La Escombrera de Medellín

La Jurisdicción Especial para la Paz confirma la identificación de una adolescente desaparecida en 2002, en un hallazgo que refuerza las denuncias sobre el uso de La Escombrera como fosa común.

Identificación de cuerpo de menor en La Escombrera de Medellín

El Grupo de Apoyo Técnico Forense de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ha confirmado la identificación de una adolescente de 17 años, quien se convierte en la quinta víctima hallada en La Escombrera, un lugar emblemático y trágico en el occidente de Medellín. Esta joven fue reportada como desaparecida en agosto de 2002, cuando se dirigía en un autobús hacia el hospital de San Cristóbal. Su desaparición se atribuye a paramilitares del Bloque Cacique Nutibara, un hecho que ha marcado a la comunidad y a las familias de las víctimas durante más de dos décadas.

La JEP ha declarado:

"Este acontecimiento reafirmó las denuncias que durante años las familias buscadoras habían sostenido: La Escombrera es una fosa común donde fueron ocultados cuerpos de víctimas de desaparición forzada."
La Escombrera, que ha sido utilizada como un vertedero de escombros durante casi 20 años, ha sido identificada por las víctimas como uno de los principales lugares de ocultamiento de cuerpos durante las operaciones militares y paramilitares que tuvieron lugar en la zona en 2002. Este contexto histórico resalta la importancia de la identificación de las víctimas y la búsqueda de justicia.

El hallazgo del cuerpo de la adolescente se produjo el 15 de julio de este año, marcando un hito significativo en la larga y dolorosa búsqueda de justicia para las familias afectadas. Tras 8,517 días desde su desaparición, la familia podrá finalmente recibir su cuerpo de manera digna. Con esta nueva identificación, ya son cinco las víctimas cuyo paradero ha sido esclarecido de los siete cuerpos que han sido exhumados en el sector de La Escombrera. Desde el descubrimiento del primer cuerpo, ha transcurrido un año, y en 2025 se han logrado hallazgos que han permitido la entrega digna de cuatro de ellos.

La JEP ha enfatizado que la continuidad de estas labores forenses ha sido posible gracias a la colaboración interinstitucional. En este sentido, la JEP ha reconocido los aportes financieros y logísticos de la Alcaldía de Medellín, que han sido fundamentales para el desarrollo de las intervenciones realizadas durante 2025. Esta cooperación ha permitido mantener el ritmo de trabajo previsto y ha fortalecido las capacidades técnicas en el terreno, lo que es crucial para avanzar en la búsqueda de más víctimas.

Colaboración institucional y futuro de la búsqueda

De cara al futuro, la Jurisdicción Especial para la Paz ha señalado que, para el año 2026, se ha vinculado al Ministerio de Hacienda y al Ministerio del Interior en el trámite cautelar. Esta vinculación tiene como objetivo garantizar los recursos necesarios para continuar con las intervenciones en el terreno, incluyendo la maquinaria y el personal requerido. La JEP está comprometida en seguir adelante con la búsqueda de más cuerpos y en el esclarecimiento de los casos de desaparición forzada que han marcado la historia reciente de Colombia.

El caso de La Escombrera representa no solo un esfuerzo por parte de las autoridades para identificar a las víctimas, sino también un paso hacia la reparación y el reconocimiento de las familias que han sufrido la pérdida de sus seres queridos. La lucha por la verdad y la justicia en Colombia continúa, y cada hallazgo es un recordatorio de la necesidad de seguir trabajando en pro de los derechos humanos y la dignidad de las víctimas.

Contexto de la desaparición forzada en Colombia

La desaparición forzada ha sido un fenómeno doloroso en Colombia, especialmente durante el conflicto armado que ha afectado al país por más de cinco décadas. Las familias de las víctimas han enfrentado un largo camino en la búsqueda de sus seres queridos, muchas veces enfrentándose a la indiferencia y al olvido. La Escombrera, como sitio de ocultamiento de cuerpos, simboliza la lucha de estas familias por la verdad y la justicia, y cada identificación es un paso hacia la sanación y la memoria colectiva.

La labor de la JEP y de los organismos forenses es crucial en este proceso, ya que no solo buscan identificar a las víctimas, sino también ofrecer un espacio para que las familias puedan comenzar a cerrar el capítulo de la desaparición. La búsqueda de justicia es un derecho fundamental y un imperativo moral que debe ser atendido por el Estado y la sociedad en su conjunto.

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