Viaje a la historia de Luz, conductora de buses del Metro de Medellín

La Institución Universitaria Pascual Bravo, establecimiento público del Distrito de Medellín, fue premiada por la Red de Educación Continua de Latinoamérica y Europa (RECLA) por la formación de los operarios de buses de las líneas uno, dos y la O del Metro. Luz Posada integra el equipo de operarios de buses.

En una hora pico, un bus articulado transita por la línea 1 del Metro de Medellín con más de 150 pasajeros. Recorre 12,5 kilómetros en un solo trayecto entre las estaciones Universidad de Medellín y parque Aranjuez. En las estaciones unos se bajan y otros abordan, en medio del agite por llegar a casa o al lugar de trabajo o estudio. Al frente del timón va ella sonriente, amable y con una flor en su pelo rubio. Es la conductora Luz Albina Posada Moreno.

En las líneas uno, dos y O del Metro trabajan 300 conductores. Los operarios de buses, como los llaman en el sistema de transporte, son contratados mediante la Fundación Pascual Bravo. La Institución Universitaria Pascual Bravo, establecimiento público del Distrito de Medellín, fue premiada en Lima (Perú) por la Red de Educación Continua de Latinoamérica y Europa (RECLA), en la categoría Articulación Universidad Empresa: In Company, por la formación de los operarios de buses, tarea que ejecuta desde hace 12 años.

La candidatura de la I.U. Pascual Bravo fue presentada en la edición 13 del Encuentro Regional RECLA, celebrado en El Salvador en junio de 2024, donde se postularon nueve instituciones de Colombia, México, Ecuador y España.

En el equipo de operarios de buses hay tres mujeres. Una de ellas es Luz Posada, quien trabaja como conductora de los buses del Metro desde hace ocho años.

Luz Posada con su compañero de trabajo Ángelo Mejía, también operario de bus.

Desde los 18

Luz es antioqueña. Nació en Anzá, Occidente del departamento, y se crio en Ciudad Bolívar, Suroeste antioqueño. Es hija de Elda Moreno y Antonio Posada. Tiene seis hermanos y una hija, Laura Arcila, que se desempeña como contadora pública. El papá de Laura conducía un bus, a Luz le gustaron los carros y se encaminó hacia este oficio.

Luz dice que lleva “una vida sobre ruedas”, porque conduce bus y moto y le gusta patinar.

Luz conduce bus desde que tenía 18 años. Trabajó en una empresa transportadora de pasajeros en Urabá y Córdoba y luego en Boyacá en otra compañía, en la que transportó al personal interno.

En 2016 Laura iba a empezar a estudiar la carrera universitaria. Por eso, ella y su madre se radicaron en Medellín. Estando en la capital antioqueña, Luz escuchó por radio una convocatoria para trabajar en los buses del Metro y presentó su hoja de vida en el Pascual Bravo.

La operaria de bus Luz Posada, en la Institución Universitaria Pascual Bravo.

La formación

Por parte del Pascual Bravo, Natalia Catalina Grisales Jaramillo es la coordinadora del contrato suscrito con el Metro. Natalia detalla la formación que reciben los operarios de buses, proceso por el que la Institución Universitaria Pascual Bravo recibió el premio de RECLA: “El proceso de selección busca los mejores candidatos para, posteriormente, tener una vinculación. Se requiere que sean, mínimo, bachilleres; licencia C2 para conducir bus padrón (con capacidad para 80 o 90 pasajeros) y C3 para articulado (con capacidad para 154 usuarios)”.

Por parte del Pascual Bravo, Natalia Grisales es la coordinadora del contrato suscrito con el Metro.

Natalia explica que les exigen una experiencia de dos años conduciendo vehículos pesados, como grúa, tractocamión o bus. Revisan documentos de antecedentes legales, les hacen una prueba teórica de 50 preguntas sobre el Código Nacional de Tránsito, una de habilidad en patios del Metro y exámenes médicos y psicológicos.

Luego del proceso de selección, la formación dura dos meses para los conductores de licencia C2, que pueden conducir solo buses padrones, y tres meses para los de C3, que pueden conducir padrones y articulados. En la capacitación participan instructores de la Institución Universitaria Pascual Bravo y del Metro. Incluye aspectos generales de los buses y de las líneas uno, dos y O, protocolos operativos, estudio de los respectivos manuales del servicio de transporte (MST) del Metro, Cultura Metro y servicio al cliente.

Parte del equipo del Pascual Bravo que trabaja con los buses del Metro de Medellín.

Y les brindan formación práctica: alistamiento preoperacional del vehículo, cómo hacer reportes, operación sin usuarios, plan padrino en el que un operario antiguo acompaña al nuevo en su labor con usuarios por una semana y, finalmente, la institución universitaria los certifica. La formación dura de 350 a 460 horas y pasan a la Fundación Pascual Bravo, que los contrata. En el equipo de la fundación, además de operarios, hay maniobristas y coordinadores de buses. Contando los tres roles son 354 personas.

Luz Posada alistándose para prestar servicio en uno de los buses articulados del Metro de Medellín.

“Vida sobre ruedas”

Luz pasó por este proceso y empezó a transportar usuarios del Metro en buses articulados y padrones por las líneas uno y dos. Ambas cubren entre Universidad de Medellín y parque Aranjuez; la uno pasa por la avenida del Ferrocarril, en tanto que la dos va por la avenida Oriental.

Cuando viajó con su hija para vivir en Medellín no conocía la ciudad. “Llegué con una mano adelante y la otra atrás”, recuerda Luz y cuenta que ahora, a sus 41 años, tiene casa en el corregimiento San Cristóbal y moto.

“La mía ha sido una vida sobre ruedas”, apunta. Se refiere a que, además de que trabaja como conductora de bus, se mueve a diario en moto y patina unas tres veces por semana. Transporta a, por lo menos, mil personas en cada jornada y nunca ha tenido un accidente de tránsito en un carro, ni en su labor ni por fuera de ella.

Luz Posada en la estación U. de M. de las líneas uno y dos del Metro de Medellín.

Quiere terminar la ingeniería

Normalmente, madruga, hace ejercicio, patina, ejecuta tareas domésticas, trabaja y saca un rato para estudiar. Descansa los domingos y festivos.

Cursó varios semestres para ser profesora de escuela, aunque no terminó la carrera. Es tecnóloga en logística de transporte y técnica en tránsito y transporte. En 2023 empezó ingeniería industrial, la paró por temas económicos, pero la quiere culminar.

Luz Posada en la biblioteca de la Institución Universitaria Pascual Bravo.

¿Qué es lo más gratificante de su trabajo?

– El día a día, la interacción con la calle, con los usuarios, es una labor que implica poner mucha atención en el presente. Poderle aportar un granito de arena a la ciudad, a la gente. Cuando uno llega a una parada y la gente se baja con afán, uno dice: les aporté un poquito de recorrido.

¿En las vías la han maltratado por ser mujer?

-No.

Luz Posada conduce los buses del Metro de Medellín desde hace ocho años.

Usted es de las pocas mujeres que conducen bus en Medellín. ¿Qué significa esto para usted y qué mensaje les da a otras mujeres que quieran desempeñar este oficio?

-Soy una mujer feminista, trato de representar muy bien a mi género. Ojalá se pudieran unir muchas. Amo mi labor, es vocación, me siento orgullosa de pertenecer a este equipo. Feliz.

Luz quiere seguir estudiando y ascender en el trabajo. Su experiencia y buen desempeño la llevaron a ser evaluadora externa del SENA en certificación de competencias laborales de sus compañeros conductores. Día a día lleva a cientos de ciudadanos a sus destinos, es parte de sus viajes, de sus historias.

A Luz le gustan las flores. Suele llevar una en su pelo cuando está trabajando.

Flor, como le dicen los pasajeros por el característico elemento que porta en su pelo, es carismática. Los usuarios frecuentes incluso preguntan por ella cuando no la ven.

Equipo editorial

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