Preocupación en Bello ante nuevo deslizamiento en Granizal
La comunidad de la vereda Granizal enfrenta el temor de un nuevo deslizamiento tras la tragedia que cobró la vida de 25 personas hace cinco meses.
En la vereda Granizal, ubicada en el municipio de Bello, el eco de una tragedia reciente aún resuena con fuerza. Han transcurrido cinco meses desde que un deslizamiento de tierra provocó la muerte de 25 personas, y en la comunidad persiste un profundo temor ante la posibilidad de que un nuevo deslizamiento ocurra en la zona. La inestabilidad del terreno y las condiciones climáticas han generado un estado de alerta constante entre los residentes.
Yulieth Arango, una reconocida líder social de la vereda, expresó su preocupación al señalar que “la masa de las montañas que se está soltando y está quedando retenida en la parte alta, lo mismo que todo el caudal del agua que baja del nacimiento de la tierra, está bajando súper fuerte. Incluso cuando llueve, la preocupación es que esto no vuelva a suceder”. Estas palabras reflejan el estado de ansiedad que viven los habitantes, quienes se sienten vulnerables ante la fuerza de la naturaleza.
Retorno a las viviendas y formación comunitaria
A pesar del trágico suceso, alrededor del 60 % de las 120 familias que fueron afectadas por el deslizamiento han decidido regresar a sus hogares en semanas posteriores a la emergencia. Sin embargo, este retorno no ha sido fácil, ya que muchos lo han hecho por la falta de garantías en los subsidios de arrendamiento. “Retornaron a sus viviendas por no tener garantías en los subsidios de arrendamiento, donde no están cumpliendo con los procesos”, añadió Arango, evidenciando la complejidad de la situación que enfrentan los afectados.
Para abordar esta problemática y minimizar el riesgo ante futuras emergencias, la comunidad ha tomado la iniciativa de crear un comité. Este grupo se encarga de educar a los residentes sobre cómo actuar en caso de un nuevo deslizamiento. Edwin Oquendo, otro líder comunitario, destacó la importancia de esta formación: “Nosotros les enseñamos a monitorear para decir cuándo vienen los aguaceros, las alertas tempranas. Les enseñamos que, en caso de una emergencia, activen las alarmas para que el comité pueda activar a todos sus voluntarios y venir a estar pendiente de la comunidad”. Este tipo de preparación es crucial para garantizar la seguridad de los residentes en momentos de crisis.
Estudios para determinar las causas del deslizamiento
Ante la gravedad de la situación, diversas entidades han tomado cartas en el asunto. El Dagran, el Dagrd, el Área Metropolitana, EPM y las alcaldías de Medellín y Bello han firmado un contrato con la Universidad Nacional para llevar a cabo estudios que determinen las causas del deslizamiento. Este estudio, que se espera inicie antes de finalizar el año 2025, tiene como objetivo proporcionar información valiosa que ayude a prevenir futuros deslizamientos en la región.
Alexander Osorio, secretario de Gestión del Riesgo de Bello, comentó sobre la inversión que se ha realizado en este proyecto: “Ya hay un contrato firmado por más o menos 4.400 millones de pesos, donde todos pusimos recursos, las entidades que mencioné, para que la Universidad Nacional inicie con prontitud. El contrato ya está firmado y está a 16 meses”. Esta colaboración entre entidades es un paso significativo hacia la búsqueda de soluciones a largo plazo que beneficien a la comunidad de Granizal.
Atención a la comunidad afectada
Desde las alcaldías de Medellín y Bello, se ha confirmado que la comunidad afectada ha recibido atención en la zona, cumpliendo con lo que establece la norma. Este apoyo es fundamental para ayudar a los residentes a reconstruir sus vidas tras la tragedia y para asegurar que cuenten con los recursos necesarios en caso de nuevas eventualidades. La situación en Granizal es un recordatorio de la importancia de la prevención y la educación en la gestión del riesgo, así como de la necesidad de un respaldo institucional sólido en momentos de crisis.
Publicar un comentario