Canas al Aire: 20 años de plenitud, salud y alegría en Medellín

La sonrisa de Ceci es la línea curva que lo endereza todo en Visanas: un club de vida que hace 20 años encontró en el programa Canas al Aire de la Alcaldía de Medellín un aliado para llevar bienestar físico y mental a sus integrantes.

“Desde que mi madre estaba en embarazo se propuso que yo naciera en casita propia, entonces se vino del municipio de Yalí, dio por estos lados de Santa Cruz y compró un lotecito que le valió $3.000”, relata María Cecilia López de Henao con el optimismo, alegría y el liderazgo innato que la caracteriza desde el vientre materno. 

Hace 74 años la comuna 2 de Medellín, Santa Cruz, la vio nacer y crecer con su familia: un esposo (fallecido), cinco hijos, siete nietos y dos bisnietas y ha evolucionado destacándose como una de las principales líderes de la comunidad en la presidencia del club de vida Visanas. 

De participante a presidenta 

“Un día salí a lavar la acera de la casa y una compañerita me dijo: ‘doña Ceci, usted por qué no entra allá al grupo que estamos haciendo gimnasia en las mangas de la unidad intermedia’. Entonces yo le dije: vea y yo que a esta hora estoy sola aquí, me voy a entrar”, cuenta María Cecilia. 

El club surgió de la necesidad que identificaron su fundadora Sonia Sánchez y una trabajadora social quienes observaron que muchas personas eran diagnosticadas con hipertensión y para su tratamiento era importante la actividad física. Fue así como decidieron formar un grupo que inició con 16 personas y que actualmente cuenta con unas 375. 

“A finales del año pasado cumplimos 35 años, a los cuatro de estar en el club me nombraron presidenta y eso hace que estoy a cargo en Visanas”, explica Cecilia. 

La historia de Visanas 

En sus inicios, el club no tenía nombre. Era un grupo de señoras que se reunían y se ejercitaban con la orientación de estudiantes de Licenciatura en Educación Física que llegaban al territorio para hacer sus prácticas profesionales. 

Vida Sana Salud, es el significado de Visanas, un nombre que nació gracias a Óscar López. “Él era un estudiante pero tenía otra visión. Estuvo con nosotros hace unos 28 o 30 años aproximadamente. Nos diseñó el uniforme, nos hizo unos estatutos y nos enseñó a formar una junta directiva, mejor dicho: él nos hizo grandes”, afirma con gratitud Cecilia. 

Fruto de la experiencia con Óscar, el grupo comprendió la necesidad de pagar los servicios de un profesional en educación física para no depender completamente de la asignación de practicantes dado que en los periodos de receso académico en Visanas debían suspender actividades. 

“Llegaba enero, febrero y la universidad sin mandarnos profesores. Cuando eso no había WhatsApp, no había celular, no había nada y la gente era pendiente cuando veía otra vez las sudaderitas azules”, narra María Cecilia. 

Canas al Aire, una amenaza que se convirtió en fortaleza 

El 14 de octubre del año 2004 nació Canas al Aire, una estrategia del Instituto de Deportes y Recreación de Medellín -Inder- que busca a través de la práctica de la actividad física, deportiva y recreativa aportar a la disminución del sedentarismo, el mejoramiento y control de las enfermedades cardio-cerebro-vasculares, de la salud pública y el envejecimiento activo de los ciudadanos.

“Cuando el Inder apareció fue una amenaza porque nosotros cobrábamos  mensualidad y pagábamos profesores particulares. Yo veía que mi grupito se iba mermando y yo: oiga, ¿Usted por qué no volvió? Y me decían: ‘doña Ceci es que allí están dando gimnasia gratis’. Entonces yo: ¡Ay no! Muchachas tenemos que ponernos las pilas que nos manden profesor gratis”, expresa entre risas Cecilia. 

Con liderazgo y perseverancia la presidenta no dudó en diseñar una estrategia para convertir la amenaza en una oportunidad para su club. “Cada semana había caminatas del Inder, muy buenas, entonces yo me iba y perseguía al profesor hasta que un día me llamaron a una entrevista y me preguntaron: ‘¿Usted qué es lo que quiere?’ Y yo dije: un profesor. Yo tengo gente, no me la dejen perder. No éramos sino como 20 peludas, pero yo le aseguré que en menos de tres meses le tenía 100 y fueron 200 porque cuando la gente supo que Visanas se había vuelto a abrir todo mundo llegó. Fue así como el Inder pasó de ser una amenaza a convertirse en una fortaleza muy grande”, indica orgullosa doña Ceci. 

El impacto de Canas al Aire en Visanas 

Canas al Aire es una estrategia que se desarrolla a través de la ejecución de tres sesiones semanales de actividad física, deportiva y recreativa, guiadas por un plan anual de intervención, orientadas por licenciados en educación física quienes dan pautas para que la intervención sea integral.

“Además del profesor, hacen muchas charlas de salud y si nosotros pedimos psicólogo, también viene. Uno de los aportes más significativos de Canas al Aire a Visanas es lo económico porque gracias a eso, como nosotros cobramos una mensualidad, ese dinero no lo tenemos que gastar en profesor. Esto es incalculable, es un valor que no tiene palabras con que agradecer. Yo les digo: cuando usted tenga un problema y no me pueda pagar la mensualidad, dígame qué le pasa. Esto acá no es plata, es usted porque primero es el ser que el tener”, señala María Cecilia. 

Toda la oferta de servicios del programa es gratuita para los habitantes de las 16 comunas y los 5 corregimientos de Medellín. Sin embargo, su impacto va más allá del aspecto físico y económico. Es algo que Cecilia ha sabido comprender muy bien a través de décadas de liderazgo. 

“Si la alcaldía supiera el bien tan grande que significa esto, habría clubes en cada esquina con tal de sacar la gente de la casa, porque a la gente hay que sacarla, hay que insistirle, hay que rogarle, pero ya después que se meten en esto es un ‘vicio’ delicioso. Uno venir todos los días, compartir y contar sus cosas es magnífico. La experiencia con Canas al Aire ha sido de plenitud, salud y alegría. Todos los profesores que vienen nos traen cosas muy lindas”.

El liderazgo, un estilo de vida

Visanas es abierto para cualquier persona de Medellín. No tiene límites de edad, sexo, ni religión. Administrativamente está conformado por: presidente, vicepresidente, tesorero, fiscal y secretaria. Es una junta que se elige cada tres años por votación, pero desde hace más de 30, María Cecilia permanece en el mismo cargo porque nadie se postula.

“Yo les digo: ¿Quién se va animar? y me dicen: ‘oiga, el día que usted se vaya, yo no sé qué vamos a hacer’. Pero no puede ser así porque eso no es ser un buen líder. Yo tengo que dejar las bases. Esto no es de berraquera, esto es de paciencia y amor”, dice Cecilia. 

El club de vida tiene una calidez única que lo diferencia de un grupo cualquiera porque todo aquel que llega se encuentra con un segundo hogar en que disfruta, además de las rutinas físicas, de paseos y actividades lúdicas. 

“Mis hijas me preguntan: ‘¿Mamá usted cuándo va dejar de ir?’ A lo que respondo ¿Por qué voy a dejar de ir si esa es mi vida? Esto es vida, para mí es todo. Yo le pido a mi Dios que me coja trabajando por mi comunidad”, afirma María Cecilia entre lágrimas y con una línea curva dibujada en sus labios que ilumina delicadamente su rostro. 

20 años de Canas al Aire 

Durante dos décadas y unos pocos meses, Canas al Aire se ha consolidado como una estrategia en la promoción de la actividad física, la recreación y la integración social de los adultos mayores de Medellín. 

Este 2024, amplió su alcance al pasar de 751 a 805 puntos de atención, logró impactar a más de 39 000 personas mayores, gracias al aumento de puntos de atención y la inclusión de nuevas actividades. Además, eventos como la caminata para personas mayores y el Festival de Disfraces se convirtieron en hitos del año, con la participación de 12 000 y 3500 usuarios respectivamente. 

En el 2025, se proyecta con nuevos retos, entre ellos, la realización de paradas comunales que movilizarán a más de 5000 personas, la expansión de la cobertura hacia centros de vida gerontológicos y de protección, y la consolidación de actividades innovadoras como el fútbol caminando. 

Estas acciones seguirán fortaleciendo una estrategia que, tras dos décadas, demuestran que la edad no es un límite para mantenerse activo, aprender y compartir.