Elena, la artesana del alumbrado navideño en Medellín
Elena Patricia Molina Londoño, una madre de cuatro hijos, ha dedicado más de dos décadas a crear la magia del alumbrado navideño que adorna Medellín cada año.
El espíritu navideño en Medellín se manifiesta de diversas maneras, pero uno de los elementos más destacados es el espléndido alumbrado que adorna la ciudad. Este espectáculo de luces no solo es el resultado de una planificación meticulosa, sino que también refleja el arduo trabajo y la dedicación de artesanas como Elena Patricia Molina Londoño. Con más de 22 años de experiencia, Elena ha estado al frente de la creación de estas impresionantes decoraciones que transforman el paisaje urbano en un verdadero cuento de hadas cada temporada.
Residente del barrio Juan 23, Elena es madre de cuatro hijos y durante las semanas previas a la Navidad, su vida se convierte en un torbellino de actividad. La entrega final de las piezas navideñas es un momento crucial y, aunque el ritmo es acelerado, Elena encuentra en este proceso una profunda satisfacción. A medida que se acerca el esperado encendido de las luces, comparte: “Es muy emocionante. El orgullo que siento de embellecer la ciudad es el mismo que sienten mi familia y mis hijos cuando ven el trabajo que hace la mamá”. Estas palabras reflejan no solo su pasión por el arte de la iluminación, sino también el vínculo emocional que tiene con su familia y su comunidad.
“Es muy emocionante. El orgullo que siento de embellecer la ciudad es el mismo que sienten mi familia y mis hijos cuando ven el trabajo que hace la mamá”.
Elena, conmovida por la importancia de su labor, envía un saludo especial a sus hijos, en particular a Mateo, quien reside en México. A través de sus palabras, transmite que cada luz que ilumina la ciudad también lleva consigo un pedacito de su amor y dedicación. Esta conexión emocional con su obra es lo que impulsa a Elena a seguir creando, año tras año, una experiencia mágica para todos los que visitan Medellín durante la temporada navideña.
Para Elena, la mayor recompensa no es solo el reconocimiento personal, sino la felicidad que observa en las familias que recorren el alumbrado. “Es un tiempo de mucho regocijo. Uno ve y palpa la felicidad de la gente mientras visita el alumbrado”, comparte con una sonrisa. Este sentimiento de alegría colectiva es lo que hace que su trabajo valga la pena, ya que cada figura iluminada se convierte en un símbolo de esperanza y unidad para la comunidad.
Un legado de tradición y simbolismo
Este año, Medellín celebra 350 años de historia, un hito significativo que se refleja en la magnitud y el simbolismo del alumbrado navideño. Además, EPM, la empresa encargada de la iluminación, conmemora 70 años de trayectoria. Estas celebraciones añaden un contexto especial a las decoraciones, que este año están diseñadas para narrar historias de la cultura y la tradición de la ciudad. Los visitantes encontrarán figuras que no solo son visualmente impactantes, sino que también están cargadas de significado, representando la identidad y la historia de Medellín.
El alumbrado de Medellín se ha convertido en un atractivo turístico que atrae a miles de personas, quienes vienen a disfrutar de la magia de las luces y a compartir momentos en familia. Cada año, el evento se expande y evoluciona, incorporando nuevas tecnologías y diseños que sorprenden tanto a locales como a turistas. La participación de artesanos como Elena es fundamental para mantener viva la esencia de esta tradición, ya que sus manos crean obras que trascienden el tiempo y se convierten en parte de la memoria colectiva de la ciudad.
La dedicación de Elena y su equipo es un testimonio del compromiso que tienen con su arte y con la comunidad. A medida que las luces se encienden y la ciudad se transforma, el legado de estas artesanas perdura, iluminando no solo las calles de Medellín, sino también los corazones de quienes las recorren.

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