Medellín refuerza su Plan de Alimentación para la primera infancia
A pesar de las vacaciones de fin de año, el programa de alimentación en Medellín se mantendrá activo para garantizar el bienestar de los niños.
Medellín ha tomado la firme decisión de seguir adelante con su Plan de Alimentación, una iniciativa que busca proteger y nutrir a la primera infancia en la ciudad. Este esfuerzo es particularmente relevante en un periodo como el de fin de año, cuando muchos niños se encuentran de vacaciones. La continuidad del servicio es esencial para asegurar que los menores no se vean afectados en su alimentación durante este tiempo crítico.
Un indicador del éxito de esta estrategia es la notable disminución en las cifras de desnutrición aguda, que actualmente se encuentra en el nivel más bajo registrado en más de diez años. Según la dirección del programa, este descenso es un reflejo directo del impacto positivo de iniciativas como el programa denominado Nutrir para sanar, sanar para crecer. Este enfoque integral ha permitido que más niños accedan a una alimentación adecuada, lo que es fundamental para su desarrollo y bienestar.
“Medellín tiene la cifra más baja que no ha tenido por más de 10 años en temas de desnutrición aguda, eso es muy importante, porque no se nos puede morir un niño o una niña y eso no le puede pasar a una ciudad como Medellín”,
afirmó la directora de Buen Comienzo, Diana Carmona. Su declaración subraya la importancia de mantener la atención en la alimentación infantil, especialmente en un contexto donde el bienestar de los menores es una prioridad para la ciudad.
El desafío de las vacaciones
Durante el periodo de vacaciones, que se extiende entre el 15 de diciembre y el 15 de enero, los jardines y centros de atención infantil suelen suspender sus actividades. Este es un momento crítico para muchas familias, ya que la falta de recursos y el acceso limitado a alimentos pueden poner en riesgo la nutrición de los más pequeños. Conscientes de esta situación, el programa Buen Comienzo ha intensificado su presencia en las comunidades, asegurando que la pausa en las actividades educativas no impacte negativamente en la alimentación y el bienestar de los niños.
“Estamos todos los días del año, y especialmente en esas épocas de vacaciones, como movilización social, con jornadas de cuidado y además todos los niños y niñas se llevan un paquete alimentario”,
añadió la directora de Buen Comienzo.
Este enfoque proactivo es fundamental para garantizar que los niños reciban la atención y los recursos necesarios, incluso cuando no están en sus centros educativos. La estrategia de Buen Comienzo 365 días se ha convertido en una herramienta clave para llegar a los territorios durante toda la temporada de receso, asegurando que la alimentación no se vea comprometida.
Compromiso con la comunidad
La implementación del Plan de Alimentación no solo se centra en la entrega de alimentos, sino que también busca crear un entorno de apoyo y cuidado para los niños. Las jornadas de movilización social incluyen actividades que fomentan el desarrollo integral de los menores, proporcionando no solo comida, sino también atención emocional y educativa. Este enfoque integral es esencial para abordar las múltiples dimensiones de la infancia y asegurar que cada niño tenga la oportunidad de crecer en un ambiente saludable.
El compromiso de Medellín con la primera infancia es un claro ejemplo de cómo las políticas públicas pueden tener un impacto positivo en la vida de los ciudadanos. Al mantener activo el Plan de Alimentación durante todo el año, la ciudad no solo está abordando la desnutrición, sino que también está construyendo un futuro más sólido para sus niños, asegurando que cada uno de ellos tenga acceso a lo que necesita para crecer y desarrollarse adecuadamente.
El trabajo continuo de Buen Comienzo es un testimonio del esfuerzo colectivo por parte de la comunidad y las instituciones para garantizar que los niños de Medellín reciban el apoyo que merecen. Esta labor es fundamental en la lucha contra la desnutrición y en la promoción de un desarrollo saludable en la primera infancia, un objetivo que trasciende la temporalidad de las festividades y se convierte en una prioridad constante.

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